Momento
idóneo para la cosecha del maíz
El momento
ideal para la cosecha del maíz suele estar entre 100 y 150 días después de haber sido sembrado,
cuando la mazorca se encuentra en una condición ideal (tierna y blanda).
Este tiempo puede variar en gran medida según el tipo y estado de
la semilla, así como en función de la zona donde haya sido sembrada y sus
condiciones climatologías.
Cuando el
destino de la cosecha es la industria alimentaria, se busca lograr un secado óptimo del grano (porcentaje
de humedad inferior al 15%), ya sea mediante su secado en silos o aplazando un
breve periodo de tiempo su recogida. Esta última opción es la menos
recomendable, ya que los efectos climatológicos o las plagas pueden empeorar su
estado.
Proceso
de recolección del maíz y tipos de cosecha
Una vez pasado este tiempo desde la siembra del maíz, se inicia el
proceso de recolección, que podemos dividir en dos fases.
En la
primera fase se
deja secar el maíz de forma gradual. Esto se puede lograr
mediante el “capado” manual de la parte superior o punta de la mazorca para que
su exposición al sol sea mayor. También se puede lograr el secado del maíz
mediante su doblamiento para que la punta de la mazorca quede hacia abajo y por
lo tanto esté protegida de la lluvia.
En la
segunda fase, una vez logrado el grado de secado óptimo del maíz, se procede
a separar la mazorca de la
planta. Esta acción se puede llevar a cabo tanto de forma
manual como mediante la utilización de maquinaria (recolecta mecanizada o
semimecanizada).
Cosecha del
maíz de forma manual
Consiste en ir separando la mazorca de la planta de forma manual y
con la ayuda de pequeños instrumentos como ganchos y clavijas que facilitan la
acción y su deshoje.
Además,
una vez recogidas las mazorcas, será necesario su desgrane (manual
o mecanizado) y, en ocasiones, la continuación de su secado hasta
lograr un grado de humedad por debajo del 15%.
Cosecha del
maíz mediante el uso de maquinaria agrícola (mecanizada o semimecanizada)
Las maquinas se encargan de arrancar la mazorca y desgranar el
maíz en un solo proceso, lo cual supone un gran ahorro en tiempo y mano de
obra, sobre todo cuando las dimensiones de los campos son mayores.
Existen cabezales específicos para la recolecta del maíz, ya que
se encargan de dejar pasar únicamente la mazorca y reducen el volumen de
producto que llega a la máquina.
Sin embargo, al mismo tiempo que supone un gran ahorro debido a su
eficiencia, una avería o fallo no arreglado a tiempo puede suponer pérdidas
importantes.
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